La menopausia es una etapa que marca un antes y un después en la vida de una mujer, puesto que trae consigo distintos cambios hormonales y fisiológicos que, en consecuencia, hace que desaparezcan los períodos menstruales y que ya no puedan quedar embarazadas.
Para contrarrestar los amargos síntomas presentes en esta etapa, existe una medicina natural cuya popularidad se ha extendido a lo largo de los años: la salvia. Si deseas conocer más al respecto te recomendamos leer este artículo hasta el final para que aprendas a aprovechar todas sus propiedades.
¿Qué es la salvia?
Se trata de una planta perteneciente a la familia de las lamiáceas, las cuales se caracterizan por ser arbustos perennes. La salvia es originaria de Europa, pero cuenta con cientos de especies que se han extendido en distintos países del mundo.
Curiosamente, el nombre de esta planta la describe a la perfección y es que proviene del verbo “salvere”, el cual significa básicamente “curar” o “salvar”, características que fueron asociadas a sus propiedades curativas.
Este arbusto se caracteriza por sus numerosas ramas, las cuales por lo general son muy frondosas y siempre son de color verde. Su altura es de aproximadamente 50 centímetros y puedes identificarla por sus distintivas flores color violeta.
¿Para qué es la salvia?
Esta planta milenaria ha sido utilizada desde la antigüedad, pues desde el momento en el que se descubrieron sus beneficios no solo fue incluida en jarabes y recetas curativas, sino además en distintos fármacos e incluso en la preparación de distintos alimentos dado que cuenta con un sabor muy agradable.
Esta planta también es muy efectiva en caso de fuertes dolores de muela e hinchazón de la encía, dado que cuenta con propiedades antiinflamatorias y es capaz de aliviar estos fuertes e incómodos dolores.
En caso de bronquitis o rinitis, también puedes preparar una infusión de salvia, la cual debes mezclar con una pequeña cantidad de suero fisiológico de manera que puedas hacer una sesión de inhalaciones.
Los problemas de digestión es otro de los males que puedes combatir con esta planta, especialmente en casos de diarrea, indigestión, flatulencias e incluso hernias y gastritis. De igual manera es muy beneficiosa para los problemas de acidez, el cual es muy común en todos los hogares.
Por otro lado, la salvia se utiliza para regular los niveles de azúcar en la sangre y para mejorar la función cognitiva y el estado de ánimo, sin embargo, es necesario tener en cuenta el tipo de salvia que va a emplearse, ya que algunas de ellas pueden tener efectos adversos.
Finalmente, no podemos dejar de lado uno de sus usos más populares y es para aliviar los molestos síntomas de la menopausia como una sustitución natural para los tratamientos hormonales que pueden ser costosos y un poco invasivos.
Propiedades de la salvia para la menopausia
Entre los síntomas más molestos que surgen a partir de la menopausia se encuentran la sudoración excesiva y los constantes sofocos y afortunadamente puedes contar con la salvia para aliviar estos malestares.
Existen 2 alternativas que puedes usar para combatir los efectos de la menopausia con la ayuda de esta planta ya sea ingiriendo una infusión o usándola de forma externa utilizando tanto sus hojas como sus flores.
En el caso de la infusión, debes incorporar una taza de agua en una olla para ponerla a hervir y una vez que el agua rompa a hervor debes agregar una cucharada de hoja de salvia dejándola en fuego mínimo por un par de minutos más.
Esta infusión no solo puedes tomarla, sino que además puedes bañarte con él a fin de reducir tus niveles de sudoración.
Esta infusión actuará en tu organismo ayudándote a regular tus niveles hormonales, eso sin contar que te ayudará a conciliar el sueño y te dará un mejor descanso para que puedas enfrentar tu día a día con mayor vitalidad.
Por otro lado, la salvia es ideal para combatir los sofocos que suelen producirse en esta etapa de la vida de las féminas.
¿Es útil la salvia para sofocos?
La sensación de calor y sudoración en las mujeres que presentan menopausia puede variar en intensidad entre unas y otras; sin embargo, este es un síntoma que presentan casi todas las mujeres entre 1 y 5 veces al día.
Por otro lado, en los casos en los que la sensación de sofoco ocurre durante la noche se pueden causar problemas de sueño como efecto colateral, pues la sudoración excesiva genera mucha incomodidad al dormir.
Lo más preocupante es que este síntoma puede presentarse durante al menos 5 años, por lo que resulta imprescindible buscar una alternativa práctica y efectiva, tan como es el caso de la salvia.
Tal como mencionamos, la salvia es una planta muy útil que puedes emplear para mitigar la sensación de ahogo y la sudoración constante. Esto se debe a que cuenta con propiedades termorreguladoras que se encargan de pausar las terminaciones nerviosas asociadas a las glándulas sudoríparas.
Sus efectos son tan favorables que algunos estudios afirman que ha tenido muy buenos resultados en el 52% de las mujeres que la utilizan, influyendo además en el fortalecimiento del organismo y en su regulación hormonal.
Como recomendación final, debes considerar consultar con tu ginecólogo de confianza antes de comenzar a usar esta planta, debido a que puede no ser tan favorable en algunos casos.
¿Cómo tomar la infusión de salvia?
Tal como hemos venido mencionando, es imprescindible consultar la opinión de un especialista al momento de incluir cualquier tipo de alternativa medicinal y el caso de la salvia no es la excepción.
Una vez que lo hagas, debes conocer los límites de dosis diaria que puedes ingerir, de manera que puedas evitar cualquier efecto contraproducente.
En el caso de la infusión, bastará con una cucharada raza de salvia por cada taza de agua. Esta debes tomarla un par de veces al día y la última taza la puedes prepararla en la noche e ingerirla una hora antes de ir a dormir.
Las presentaciones comerciales como los polvos para infusión, las cápsulas o las gotas cuentan con instrucciones debidamente plasmadas en el empaque, así que debes prestar atención a las mismas para evitar cualquier problema.