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El espolón calcáreo es una de las causas más frecuentes de molestias en los pies y se produce cuando hay una calcificación en el talón que provoca un deformidad derivada de una tracción excesiva o sobrecarga de la fascia plantar, aunque hay factores de riesgo como pueden ser la fascitis plantar, la obesidad, la edad, causas genéticas o una práctica de deporte muy elevada. Debido a los inconvenientes que presenta, en el siguiente artículo hemos querido recoger 11 remedios de la abuela que te puedan ayudar a tratar esta dolencia de la manera más efectiva posible.

1. Aplicar frío en el talón

Esta molestia suele ir asociada con una inflamación que es recomendable tratar con frío para que se reduzca junto con el dolor. Encontramos distintas formas de hacerlo, ya sea aplicando un trapo húmedo en la zona, utilizando hielo envuelto, colocando un compresa helada o sumergiendo los pies en un recipiente con agua fría. Es recomendable mantener la aplicación aproximadamente 15 minutos para que surta efecto correctamente. Podemos repetir este proceso tantas veces como queramos a lo largo de los días siendo un alivio notable para nuestros pies.

2. Consumir jengibre para tratar el espolón

El jengibre es un alimento que presenta múltiples beneficios para la salud debido a sus propiedades antiinflamatorias y a la presencia de gingeroles que se encargan de reducir la hinchazón. Para ello, tenemos que preparar un cataplasma de este haciendo una infusión. Una vez preparada, tenemos que colar el resultado y empapar el líquido en una gasa cuando se haya enfriado. Finalmente, tenemos que dejar actuar a la sustancia aproximadamente 15 minutos para que las propiedades del jengibre surtan efecto. Podemos repetir este proceso tantas veces como sea necesario.

3. Realizar estiramientos contra el espolón calcáreo

Realizar estiramientos es muy bueno para nuestra salud y también para combatir el espolón calcáreo. Podemos realizarlos desde nuestra casa sin necesidad de demasiadas molestias. Se recomiendan los ejercicios con pelota para relajar los músculos y hacer que el sistema circulatorio funcione mejor. Lo único que tenemos que hacer es deslizar la pelota desde nuestros dedos hasta el talón repetidamente y haciendo hincapié en las zonas más afectadas para que la pelota consiga masajear el área dolida. Por otra parte, es recomendable hacer ejercicios que se enfoquen directamente en el talón y que consigan relajarlo para que la tensión se reduzca.

4. Masajear la zona afectada

Como os comentábamos en el apartado anterior, masajear la zona dolorida es muy útil para rebajar la tensión y hacer que el dolor se vea reducido. Para ello, podemos hacer uso de aceites esenciales que tengan propiedades antiinflamatorias como el de árnica, manzanilla o romero. Podemos masajear la zona el tiempo que queramos, pero se suele recomendar que sea hasta que la piel ha absorbido el aceite por completo. En ningún caso tenemos que realizar movimientos fuertes que puedan dañar más la zona, se trata de hacer que la inflamación se reduzca.

5. Usar un calzado adecuado reduce el espolón calcáreo

El calzado que usamos es muy importante en nuestro día a día. Una persona que padece de espolón calcáreo no puede utilizar zapatos agresivos contra los pies como tacones o productos de mala calidad. Si queremos una buena autonomía, es recomendable utilizar materiales que se adapten al pie, así como un poco de elevación en estos que proporcionen una mejor postura al andar. Actualmente se pueden encontrar modelos muy cómodos sin necesidad de hacer un gasto de dinero excesivo.

6. Utilizar plantillas ortopédicas

Las férulas nocturnas son muy útiles mientras dormimos para evitar que nuestro talón se posicione en una postura inadecuada para este. Por otra parte, podemos usar plantillas específicas que amortiguan al talón y permiten que al caminar no tengamos tanto dolor en la zona. Si además combinamos las plantillas con un zapato que cuente con el talón blando, es posible que notemos menos resentimiento en la zona y podamos andar con más comodidad sin acusar tanto el dolor en los pies.

7. Tintura de semilla de aguacate para combatir el espolón calcáreo

El aguacate es otro alimento muy sano que cuenta con múltiples beneficios para la salud teniendo también facultades antiinflamatorias. Aplicar este alimento de forma externa en la zona resentida facilita la circulación en los pies y disminuye la tensión en estos. Para ello, tenemos que rallar una semilla de aguacate y mezclarla con 500 ml de alcohol. Luego dejamos reposar el mejunje 20 días sin olvidar removerlo cada día. Una vez pasado el tiempo necesario, aplicamos la mezcla en una gasa limpia y la aplicamos en la zona afectada dejándola actuar una noche entera. Este proceso se puede repetir tantas veces como deseemos.

8. Cataplasma de espinaca

Siguiendo con los alimentos beneficiosos, la espinaca nos ayuda de diversas formas teniendo también propiedades antiinflamatorias como los anteriores alimentos. El proceso para aplicar este alimento como remedio para el espolón calcáreo es sencillo: lavamos y trituramos las espinacas y colocamos la pasta sobre la zona dolorida. Dejamos actuar junto a una gasa cerca de 20 minutos y retiramos los restos. De esta manera, conseguiremos notar mejoría, pero cabe destacar que hay que ser constante con los cuidados para que surtan efecto.

9. Reducir la actividad física

Una persona que padece espolón calcáreo no puede realizar demasiada actividad física o muy agresiva si no quiere ser preso del dolor. Por ello, es recomendable mantener el movimiento, pero de una forma asequible para que nuestros pies no sufran y el problema se agrave. En todo caso, este periodo de inactividad se debe combinar con los remedios que os damos y con masajes frecuentes que ayuden a paliar los efectos provocados por esta dolencia. También es recomendable buscar actividades que se adapten a esta nueva circunstancia y que eviten que la zona de los pies sufra.

10. Cambiar hábitos alimenticios

Los lácteos y sus derivados, así como las carnes rojas o embutidos y algunas verduras como el tomate provocan la acumulación del calcio que es precisamente el problema que nos acontece. Este se acumula en la fascia plantar y agrava el problema que ya tenemos. Por ello, es recomendable mantener una dieta que no contenga ninguno de estos alimentos o, al menos, consumirlos en pequeñas cantidades para que el problema no aumente y sea más grave. Por ello, es muy importante informarse correctamente sobre los componentes de cada alimento y así asegurar una buena salud.

11. Mantener una buena postura

La postura tiene relación directa con dolencias típicas del cuerpo como la de espalda. Con el espolón calcáreo no es diferente, ya que una mala postura puede agravar el problema al provocarnos roces innecesarios. Como os contábamos en los apartados anteriores, podemos hacer uso de férulas nocturnas y otros recursos que nos ayuden a mantener los pies en la postura correcta ahorrándonos mucho malestar. De esta manera, conseguiremos que la dolencia tarde más en aparecer y podamos realizar mejores movimientos que no nos impidan la actividad.

¿Es bueno el vinagre de manzana para el espolón calcáreo?

Utilizar vinagre de manzana para tratar el espolón calcáreo es uno de los mejores métodos que hay. Precisamente, este producto atrae el cálceo, es antiinflamatorio y, además, reduce el dolor de la zona afectada. Hay distintas formas de aplicar este producto sobre nuestros pies: podemos hacerlo a través de una gasa impregnada en el líquido o añadir cierta cantidad al agua y mantener los pies en remojo durante varios minutos. En cualquier caso, repetir este proceso de manera constante nos proporcionará un alivio y mejoría que nos permitirá hacer la actividad de manera más eficaz alargando la aparición de dolencias.

¿Es buena la hoja de tuna para el espolón calcáreo?

La hoja de tuna o cactus es muy empleada de forma popular para combatir el espolón calcáreo llegando incluso a calificar este remedio como “salvador”. El proceso es muy simple, tenemos que coger dos hojas de tuna y darle la forma de una plantilla quitándole previamente los pinchos para no hacernos daño. Cuando nos hayamos asegurado de que no hay ningún peligro, reposamos los pies 15 minutos sobre estas y repetimos tantas veces como consideremos necesario para aumentar la efectividad de este remedio.